Tuesday, January 13, 2015

Los que cambiaron juego a Mons. Romero




Según las normas internacionales del fútbol, un equipo sólo está permitido hacer tres sustituciones durante un partido. En consecuencia, el entrenador que quiere sacar un hombre del campo y meter un jugador nuevo debe considerar cuidadosamente las consecuencias. En los procesos de canonización, como en los deportes, los cambios de personal pueden tener consecuencias de largo alcance. Dependiendo de qué jugador se retira y que jugador que se inserta, hacer sustituciones puede realmente cambiar el juego. En el proceso de canonización de Monseñor Oscar Romero de El Salvador, las tres sustituciones siguientes prepararon el escenario para que un panel de nueve teólogos certificara la semana pasada que el arzobispo es un mártir según la Iglesia lo define.

  • Carlos Mauricio Funes Cartagena juramentado como Presidente de El Salvador, 1 de Junio, 2009.

Mauricio Funes ha sido para el reconocimiento oficial de Mons. Romero en El Salvador lo que Constantino fue para la aceptación del cristianismo en Roma. Al igual que el emperador romano, Funes se ha comprometido a Romero, ya sea por conveniencia política, o por lo que parece ser genuina fe. Funes reconoció que Romero había logrado un amplio nivel de reconocimiento internacional, pero ningún gobierno salvadoreño había retomado su figura. Por otra parte, Funes y su esposa parecen ser devotos genuinos de Romero, creyendo que su intercesión les permitió concebir un hijo después de experimentar problemas de fertilidad. Cualquiera que sea su motivación, la apariencia de Funes en la escena fue decisiva para la causa Romero. Antes de la llegada de Funes, el principal obstáculo para la beatificación de Romero era la percepción de que la extrema izquierda estaba utilizando a Romero, en las palabras del Papa Benedicto XVI, “como bandera, como figura emblemática”, mientras que los círculos oficiales y la derecha eran decididamente fríos a su causa. Funes llegó al poder en coalición con el izquierdista FMLN, pero él no fue un ex guerrillero, ni siquiera un miembro del partido. Al contrario, Funes era un hombre del centro, que tuvo varios enfrentamientos con el partido durante su mandato.

Funes comenzó su gobierno diciendo que Romero sería su guía espiritual, y presentando a Romero como la referencia moral nacional de El Salvador. Funes admitió el papel del Estado en el asesinato de Romero y emitió una disculpa oficial. Funes llevó una serie de homenajes de alto perfil, convirtiéndose en el primer presidente salvadoreño en asistir a las conmemoraciones de Romero, y  nombrando varios proyectos de infraestructura por Romero, incluyendo el aeropuerto de El Salvador y una nueva arteria de tráfico. Por un lado, las acciones de Funes revolucionaron la postura del oficialismo hacia Romero, haciendo Romero tan prominente en la autoimagen de los salvadoreños como lo había sido en la visión de afuera sobre El Salvador. Esto representó un cambio tectónico, que aplacó muchas de las divisiones en la sociedad salvadoreña sobre Romero, e hizo del obispo mártir ya no un tabú. Por otra parte, a causa de que Funes era un centrista, y por su devoción tan personalizada a Romero, su intervención no fue vista como otra utilización de Romero por la extrema izquierda, sino más bien una nacionalización de su figura que ayudó a disipar la polarización que había llevado al estancamiento de la causa.

  • Gerhard Ludwig Müller nombrado Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, 2 de julio 2012.

Al llegar a la CDF, el cardenal Müller descubrió que la congregación tenía la custodia del archivo de Romero, a la espera de su opinión con respecto a diversas cuestiones relativas a la ortodoxia de Romero. Müller era un admirador de Romero, quien, antes de su nombramiento, habría llamado a Romeroverdaderamente la voz de los sin voz, y por lo tanto un defensor de los pobres y un ejemplo para todos los obispos como defensor y padre de 'los pobres, los sin hogar y los necesitados de todo',” y hasta había asistido a la conmemoración del aniversario de Romero en San Salvador. En lugar de seguir almacenando los documentos, Müller abrió los archivos y los leyó. “Leí 6 tomos sobre Oscar Romero”, dijo Müller en una entrevista y, finalmente, la Congregación para la Doctrina de la Fe [bajo Müller] dio su 'Nihil Obstat'.” [VIDEO: Card. Müller comenta la causa en 2013—en italiano.]

Un año después de su nombramiento, Müller dijo: “Considero a Óscar Arnulfo Romero un gran testimonio de la fe y de la sed de justicia social”. Él habló con el criterio de autoridad informada de un hombre que había escrutado el archivo: “Su testimonio se expresaba también a través de las homilías en las que hablaba de la trágica condición que vivía en esos años su pueblo”, dijo el prefecto, quien también señaló el arraigo de la doctrina de la justicia social católica en los documentos del Concilio Vaticano II. “El obispo Romero, en cada una de sus intervenciones, repetía solamente esto”. La iniciativa del cardenal Müller le permitió mover el archivo de Romero fuera de su circuito de espera en la CDF.  Müller se encargó de que se diera luz verde “ya bajo Benedicto XVI”, lo que significa que ocurrió esencialmente dentro de medio año de la llegada de Müller a la CDF. El ingenio de Müller llevó a la causa a ser desbloqueada por Benedicto. Aunque la renuncia de Benedicto requeriría la aprobación de un nuevo papa, gracias a los esfuerzos del cardenal Müller, el pontífice entrante encontraría que los trabajos preparatorios se habían completado para que la causa avanzara.

  • Jorge Mario Bergoglio (Papa Francisco) elegido al pontificado, 13 de Marzo de 2013.

Según el Arzobispo de San Salvador José Luis Escobar, la mayor parte del crédito por el progreso en la beatificación de Romero le pertenece al Papa Francisco, “porque después de Dios, ha sido el principal impulsor de esta causa”. ¿Suena exagerado? El año pasado, el obispo auxiliar de San Salvador bromeó diciendo que “el Papa está más involucrado que nosotros”. Mons. Gregorio Rosa Chávez explicó que Francisco había despachado “órdenes en el Vaticano de que todos colaboren para que el proceso tome velocidad”.  Otro clérigo salvadoreño, Mons. Jesús Delgado, explicó que Francisco había dado “la orden de que todo lo que tenga que ver con Monseñor Romero en cualquier Congregación, pase a la Congregación de los santos”. Como resultado de la intervención del Papa, “La documentación que hacía falta ya está en manos de la Congregación de los santos”, dijo.  Más recientemente, Francisco parecía instar públicamente a los postuladores de la causa proceder con más prisa.

En materia de canonización, el interés papal puede ser decisivo. Como el Padre Daniel Ols, relator de la causa de Romero le dijo a John Allen, “Si el Santo Padre quiere que las cosas aceleren, aceleran”. Allen coloca el favor papal como uno de cinco factores necesarios para poner una canonización en la “vía rápida” y Francisco está ligado a Romero en al menos tres niveles. En primer lugar, Francisco estaba personalmente convencido de la santidad de Romero: “cuando era el cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, según informes, dijo que ya se considera a Mons. Romero ser un santo”. En segundo lugar, la atención de Romero hacia los pobres encaja con la declaración de Francisco que le gustaría tener “una iglesia pobre, para los pobres”.  En tercer lugar, Romero, el más visible mártir latinoamericano, parece ser un santo patrón apropiado para el primer pontificado latinoamericano.

Por lo tanto, en el proceso de canonización de monseñor Romero, Mauricio Funes, el cardenal Müller y Francisco son tres sustituciones que resultaron ser cambiadores de juego.

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